Nos encontramos en una sociedad donde el consumo forma una parte fundamental. Todo nuestro sistema se basa en el mercado. Hay dos enfoques ante la obsolescencia programada: para unos es una gran estafa al consumidor, y para otros la única alternativa a la sostenibilidad de muchos negocios y empresas.
Todos los productos que compramos hoy en día están creados con el fin de convertirlos en un objeto de casi “usar y tirar”. Son pequeñas piezas defectuosas en nuestros ordenadores, lavavajillas o televisores las que se encargan de dar problemas. Nos vemos en la necesidad de reparar el daño y nos sorprendemos al conocer el precio del arreglo. Con lo cual, acabamos comprando otro. Y eso es precisamente lo que se busca, que cada vez nos duren menos nuestros aparatos o utensilios para así tener que gastar más y más.Los consumidores de internet luchan contra la obsolescencia es una guerra constante. Los fabricantes de ipod y las empresas crean baterías de corta duración, para que allá mas consumo de este producto. La obsolescencia programada crea una gran parte de desecho de variedades de productos que acaban con el ambiente de variados países con recursos bajos. Cuando se trata de esto en países de bajos recursos, los jóvenes y niños están obligados a trabajar en recaudar los materiales que estén en buen estado para poder revenderlos para sacarle provecho y ganar dinero. Con la obsolescencia en muchas partes de nuestro planeta se están acabando los paisajes y lo poco de terreno limpio que les queda gracias a los grandes desechos que nos deja esta gran manía de comprar, comprar y comprar.
Comentario hecho por David Herrada
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